Llega el frío y los árboles empiezan a cambiar de color. En mi caso, que alrededor de mi hábitat natural, o más bien original, no hay árboles que cambien de color, desde la primera vez que lo ví me pareció unos de los espectáculos más preciosos de la naturaleza. Esto ocurrió en Noviembre de 2005 en Nikko, a unas 2 o 3 horas al norte de Tokyo en coche. Era mi primer viaje dentro de Japón y según los medios japoneses ese fin de semana era el lugar donde el Kouyou se encontraba en su mayor esplendor en todo Japón.
Después de Nikko pude verlo en Kyoto, Tokyo y Kyushu.
Después de Nikko pude verlo en Kyoto, Tokyo y Kyushu.
Kyoto, Jardines del Palacio Imperial 1
Kyoto, Jardines del Palacio Imperial 2
Kyushu 1
Kyushu 2
Este año estando en Nueva York no he querido perderme el espectáculo y hace un par de fines de semana fuí a Central Park para ver como el frío estaba vistiendo de rojos y amarillos a los árboles del parque.
Hace un par de fines de semana, también lo pude ver en Boston.
2 comentarios:
Es mu potito, pero qué frio hace, la virgen!!! >_<
Ay Adrián, no te quejes. Hay que estar en armonía con los ciclos naturales, que hace frío, pues nada con el culo frío desde por la mañana a por la noche que llega uno a casa y se mete debajo del kotatsu, vamos, las enagüillas que es lo mismo pero en español en lugar de en japonés.
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